miércoles, 6 de mayo de 2020

DESEO SEXUAL


https://open.spotify.com/episode/2tFxljSUQv147XYNUhiGg9?si=UN4NCVDRQgiwvASy_ENxpg

El deseo sexual es una predisposición a un encuentro sexual y si falta se puede trabajar a través de la motivación ya que toda motivación tiene una parte de interés y otra de voluntad. En una relación estable esa motivación la conseguimos a través de la conquista, tenemos que seducir para volver a provocar esa sonrisa. Cuando llevamos tiempo en una relación se complica todo el lugar, el espacio para tener sexo, es normal perder el enamoramiento pero esto no es perder el atractivo del otro. Cuando en el momento presente no nos atrae nada de nuestra pareja tenemos un problema, no hay deseo.

Otras veces el deseo y la atracción están intactos pero hay tabú y prejuicios que los tapan y nos generan prohibiciones internas que nos llevan a mala experiencia y ésta a otra de tal modo que se condiciona, y creemos haber perdido el deseo. Por tanto, lo primero es analizar que sucede y después de tener claro el diagnóstico para ponerle el tratamiento adecuado. 

Siempre hablo de la importancia de la comunicación en la pareja, si falta comunicación es imposible tener una buena relación sexual pues el sexo es una forma de comunicación que incluye el placer, hace falta permitírselo. Es un punto de encuentro.

Ha de ser una fiesta y como tal requiere un lugar, un tiempo, una predisposición para poder disfrutarla, y si salimos de fiesta muy a menudo a los mismos sitios, con misma música, mismos canapés…se vuelve aburrida, por lo que tendremos que cambiar decorados, modificar estructura, cambiar de lugar y crear cosas nuevas para que la fiesta siga siendo fiesta, lo mismo hemos de hacer con los encuentros sexuales para que siempre sean alegría y plenitud. Por lo tanto la creatividad puede ayudarnos a desafiar a la rutina.

Otras veces la falta de deseo es un problema de expectativas, el vivirlo como en las revistas, como me cuentan  que lo hace el resto del mundo y no como yo quiero para mi. Esa desapropiación de nuestra sexualidad nos afecta al deseo sexual y cuando nos desapropiamos de algo, ese algo se convierte en ajeno a mi vida y con ello dejo de pensarlo y sentirlo.

A veces uno tiene más ganas que el otro. Es probable que los hombres tengan dos veces más ganas de sexo que las mujeres porque al hombre se lo han permitido siempre y están expuestos a gran  cantidad de estímulos sexuales desde que se levantan (en un grupo de whatsapp masculino podemos encontrar fácilmente videos y memes eróticos y sexuales  que no encontramos en los grupos de amigas), digamos que esto junto con que son más fanfarrones al mentir cuando se pregunta sobre la frecuencia en sus relaciones, puede estar relacionado  con que en la sexualidad masculina está implícito lo que se espera de él.

Así llegamos al momento “cama” en la que ellos ya vienen estimulados desde las 10 de la mañana y deseando y las mujeres están esperando a que le vengan las ganas, que él sea quien la estimule, que no vaya al grano y que se lo curre...Esto no pasaría si no les dejamos a ellos la completa responsabilidad de mi deseo sexual, debemos asumir una responsabilidad propia y estimularnos mentalmente como lo hacen ellos y usar las conductas eróticas en nuestro día a día y no sólo cuando vamos al encuentro sexual. Por tanto,  debemos incluir más besos, más caricia, más roces, más conquista y seducción, además  de fantasear, buscar estímulos que me exciten, leer novela erótica o ver pelis porno y exploremos lo que nos gusta, qué zonas, cómo me gusta  para poder decírselo a nuestra pareja porque no hay que olvidar que el tiene otro cuerpo, y  esto es un mito. “ el que te quiera sabe lo que te gusta”.  

El encuentro sexual nunca es una batalla de quién se llevó a quién, es un momento de encuentro en el que disfrutaremos, siempre y cuando exista ternura y erotismo, para ello es genial incluir los 5 sentidos y no reducir el sexo al tacto. Explorar el encuentro y buscar alternativas, posturas nuevas, incluir juguetes eróticos. Buscar la diversión. Lugares distintos para evitar que siempre acabemos en la cama a la misma hora, explorar sitios insospechados. Ocuparse de disfrutar uno, esto no significa que no tengamos en cuenta al otro, pero nunca hacer nada por complacer. Vaciarse de los problemas del día, dejar en el perchero: el trabajo, los problemas con los hijos, discusiones y cualquier situación inconclusa, para ir libres a la cama y al encuentro con el otro. Al terminar, los puedes recoges del perchero y probablemente puedas abordarlos desde otra perspectiva.

El encuentro sexual requiere apertura y tiempo si sólo tenemos dos min. Mejor será dejarlo para otro momento, lo mismo si no quieres que te oigan los niños, tu suegra o la vecina, porque en el sexo hay que expresar el sentir, decir me gusta, cantar, silbar, susurrar, gemir o gritar, lo que salga cuando nos volvemos locos, ya que también ha de tener ese punto de irracionalidad  y dejarse llevar, pues el pensar y el sexo son respuestas incompatibles y hay que elegir. Olvidarse del orgasmo, lo importante es el placer y esto sólo es una consecuencia  de lo que pasa.  

En el sexo vale todo, mientras la pareja este de acuerdo porque los límites los marca cada uno. No todas las posturas, ni todos las momentos son igual de placenteros para todos. Para aumentar el deseo sexual  el desafío es salirse de las rutinas aburridas.